Quizás el pasado domingo era el día más esperado para los alumnos y alumnas del Aula de Cultura Taurina Diego Urdiales ya que tenian una cita ineludible con las becerras, había llegado la hora de la verdad, la hora de intentar poner en práctica todo aquello que año tras año, clase tras clase y explicación tras explicación Juanjo, Desi, Diego Urdiales, Tomás Campos, principalmente les han ido inculcando.
A medida que se acercaba el gran día, los nervios y las incertidumbres se iban apoderando de casi todos, unos por miedo a un golpe o revolcón, otros por miedo a hacerlo mal y otros por no tener muy seguro si serían capaces de superar semejante reto.
Para ir calentando motores, el sábado por la mañana en el parque del río Cidacos tuvo lugar una clase práctica en la que participaron todos los chavales del Aula y en la que Diego, Tomás y Juanjo repasaron conceptos y embistieron con los carretones que cedieron los amigos de Toro en la Calle. Y así llegamos al domingo, algunos casi sin poder dormir la noche anterior, pero contentos y felices en primer lugar porque iban a ver a su maestro Diego Urdiales torear las becerras de Carlos Lumbreras con la clase y el arte que el atesora y más tarde porque por fin supieron lo que se siente cuando la becerra se arranca y te pasa por los muslos. Para algunos no fue fácil, pero todos se repusieron de sus lógicos errores y demostraron lo que son capaces de hacer delante de las añojas.
Después de la capea hicieron un pequeño encierro con las reses lidiadas desde la nueva plaza de tientas hasta la vieja, tras la comida simularon una corrida de toros con paseíllo incluído y al término de la misma los monitores dieron un diploma acreditativo a cada uno de los participantes en la capea.
Un bonito día el que vivieron todos, padres, niños y aficionados y que seguro se repetirá en más ocasiones.
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